Nou Centre (FAQ)

Cal y arena

Desde la tribuna del Teatre Zorrilla, durante la gala de presentación de la Fundació Badalona Capaç. En Badalona, el pasado 1 de marzo de 2015.

 

Me han pedido que diga unas palabras. Y lo haré en mi doble condición de miembro del patronato de la Fundació Badalona Capaç y también como padre de una niña de 36 años, muy limitada en su motricidad, pero sumamente elocuente con su mirada. 
 
Os hablaré de lo que es la Fundació y de lo que está haciendo. Pero resultará inevitable salpicar el guiso de opiniones personales. Confío en que sabréis distinguir cuándo es la Fundació la que informa y cuándo es mi hija la que se apodera del micrófono y también de mi voluntad. Pero no temáis: hace tiempo que aprendió a dominar su cólera a base de sufrimiento y de firmeza, de sonrisas y de esperanza.
 
cartellgalaMuy complicado, es esto de mejorar las condiciones de vida de las personas discapacitadas. Uno tiende a pensar que el pool de genes altruistas, que ha ido depurándose y creciendo a lo largo de cientos de millones de años de selección natural, debería de extender una blanda alfombra roja a los pies de quienes presentan mayores necesidades. Hablo del mismo altruismo que nos ha llevado a constituir sociedades complejas, a dar la vida por nuestros hijos, a vivir en  pareja y a escandalizarnos por la suerte de los galgos que, cuando acaba la temporada de caza, cuelgan de las ramas de los árboles.
 
Pues no. Ni rastro de alfombras rojas. Un suelo erizado de obstáculos es lo que vamos encontrando. ¡No sabéis las dificultades que ofrece, a algunos de nuestros representantes políticos en el Ayuntamiento, corregir un mínimo error formal sobre un plano, para que sea posible el inicio de la construcción del Nuevo Centro! Reuniones explicativas, demoras difícilmente justificables, oídos sordos, más explicaciones y más aplazamientos. ¿Estarán esperando a que lleguen las elecciones, para eludir así su compromiso y salvar un puñado de votos mal calculados?
 
El nuevo centro, en el que la Fundació Badalona Capaç viene trabajando desde hace dos años, duplicaría ampliamente la disponibilidad actual, tendrá más de cuatro mil metros cuadrados, en una sola planta y estará dotado de un equipamiento moderno y apropiado. La propuesta ha sido posible gracias a una permuta inmobiliaria con el promotor-constructor de un supermercado. Y su puesta en marcha, prevista para el 2017, nos permitiría olvidarnos, durante muchos años, de las condiciones materiales indignas con las que se atiende por el momento a nuestros hijos.
 
Sólo la más flagrante insensibilidad social, y el cálculo cicatero de intereses políticos inmediatos, explicaría un nuevo retraso en la aprobación de este proyecto.
 
Hace más de medio siglo un conocido científico decía que la perfección de los medios y la confusión de los fines es lo que caracteriza a nuestra época. Tenemos a nuestro alcance tecnologías sumamente sofisticadas, y recursos económicos ingentes. Repito: también recursos económicos ingentes, aunque se empeñen en decirnos lo contrario. Entregar la capacidad de decisión sobre tales medios a líderes o individuos sin conciencia moral es como dejar un hacha en las manos de un psicópata. No es de mi cosecha, esto. No lo digo yo: lo decía Einstein, que no sólo entendía de átomos, sino también de almas.
 
Pero nosotros somos optimistas. Basta con echar un vistazo a la platea. Pertenecéis al círculo de personas que han sido tocadas por el don excelso del altruismo, generosas con quienes más lo necesitan. Ese es el espíritu y la misión de Badalona Capaç. Desde su refundación, a partir del 2008, cuando se hizo cargo de la gestión y de los servicios que dejó tras su cierre la cooperativa COINREha venido trabajando en dos líneas básicas: facilitar el bienestar y el crecimiento de las personas discapacitadas y también posibilitar su integración laboral y social.
 
En estos momentos, la fundación se ocupa de casi 500 personas (incluidos los profesionales), a través de las sociedades Caltor y Cointegra. Todo un reto, para los tiempos que corren. Tened en cuenta que la administración pública ha venido utilizando su tijera de manera implacable y que las empresas, que nos habrían de ofrecer actividades complementarias de manipulación, envasado y montaje, andan también muy exigidas por la ineludible productividad. La legislación laboral tampoco ayuda: ahora se ofrecen ingenieros por cuatro duros y para cualquier menester. Es la ley de la selva. En la lucha por la vida sobreviven los más fuertes o los mejor adaptados. ¿Quién aupará a los nuestros?
 
Vosotros y nosotros. Cuando hablo de nosotros me refiero a Badalona Capaç y a los profesionales, que con dedicación y tacto impagables los atienden y alientan cada día. Por vosotros me refiero a todos los que estáis conmovidos y lamentáis la circunstancia. "Siento en mí a cuantos sufren" cantaba Gabriel Celaya. Y por eso maldecía "a los neutrales, a los que, lavándose las manos, se desentienden y evaden".
 
Los antiguos espartanos arrojaban desde la cima del monte Taigeto, a los recién nacidos que presentaban alguna presumible incapacidad para guerrear. Si de algo han de servir los últimos 4000 años de historia, me parece a mí que habría de ser para dar prioridad a las necesidades de las personas discapacitadas. A eso se le llama progreso moral y sería para la humanidad un  paso incomparablemente más importante que intercambiar mensajes de whatsapp con las antípodas.
 
Pero conmoverse es sólo el primer paso. Lo que hay que hacer es darse a conocer, hacer visible su existencia y sus necesidades, tocar la sensibilidad dormida de nuestros vecinos, de nuestros familiares y de nuestros amigos. Airearlos y airearnos. Colaborar, en la medida en que nos sea posible, con nuestra aportación económica o con nuestra participación. Por eso la Fundació ha llevado a cabo la reciente campaña que culmina en esta gala. Nuestra fundación es una de las mayores de Catalunya, si consideramos el número de usuarios. Esta gala nos servirá para aportar fondos a la puesta en marcha del aula de Estimulación Multisensorial, pero también para darnos a conocer en nuestra ciudad.
 
La naturaleza humana tiende a rehuir o enmascarar lo problemático y lo desconocido. La presencia de un discapacitado resulta distorsionadora y algo inquietante, porque rompe los cánones y nos obliga a preguntarnos y a responder. La solución es fácil: acércate, háblale a él o a su acompañante, escucha y reflexiona. Pero, sobretodo, mira, como decía Saint-Exupéry, con los ojos del corazón.
 
Hay gente que no lo hace así. Lo que hace es volcar sobre las palabras su propio temor y los términos se van desgastando, inexorablemente, y acaban resultando ofensivos, porque los mancha nuestro propio sentimiento de culpa y porque pretendemos que sirvan como chivos expiatorios de lo que no hemos sabido integrar ni asumir. Un proceso al que los lingüistas llaman "contaminación del significante".
 
Así hemos ido transitando de inválido a subnormal, de minusválido a discapacitado y ahora les llamamos "personas con diversidad funcional", que sin duda también tiene fecha de caducidad, como todo lo anterior. Lo que molesta no son las palabras sino la realidad a la que se refieren. Pero en nuestra torpeza, consideramos que manchando las palabras conseguiremos evitar la interpelación, acuciante y silenciosa, de las personas que tanto nos necesitan. Un caso más de autoengaño.
 
Para evitarlo trabajamos un grupo nutrido de gente, desde Badalona Capaç y desde otras instituciones de la ciudad. Para impedir la ceguera o la alucinación, la voluntad de no ver o de ver sólo lo que nos agrada, que acabaría condenándonos a una existencia inhumana. Por eso quiero reiteraros mi invitación a que colaboréis con nosotros: ajustando vuestros sentimientos, extendiendo vuestra actitud generosa y arrimando el hombro.
 
Y lo quiero hacer, lo de invitaros a entrar (y termino), con unos versos del poeta inglés William Morris, que desde hace casi doscientos años, nos viene convocando, de manera infatigable:
 
"Ven y únete al único combate
En el que no cabe el fracaso,
Porque, aunque desfallezcas o mueras,
lo que hayas hecho prevalecerá".