Contra el revisionismo histórico, políticamente oportunista, os propongo el valor de la resistencia ante la apisonadora del poder. Corribilón fue un lider desconocido, pero memorable.Creo que conviene recordarlo en un día como hoy. La gente habla de genocidio y se arroga el privilegio de juzgar la historia, simplemente porque le resulta de provecho. Pero lo que os voy a contar sucedió hace más de 2000 años en un pueblecito de la provincia de Albacete que se denomina Liétor. Es una de esas mínimas circunstancias que condicionan el devenir de las comunidades y de las personas, y que, con seguridad, ha determinado buena parte de mi herencia genética y la de tantos paisanos. Somos hijos de las vilezas —la violencia como comadrona de la historia— y heroicidades de quienes nos han precedido. Así de simple. Y condicionaremos, con nuestras vilezas y heroicidades, el futuro de los que nos siguen. Me parece que no lo debemos de olvidar. 

(Introducción escrita para justificar la publicación del enlace a este artículo en Facebook, con motivo del día de la Hispanidad, 12-10-2016. Y al hilo de los sucesos protagonizados por los ediles del Ayuntamiento de la ciudad de Badalona, en la que resido desde hace casi cuarenta años).

La información que sigue la copié de unos papeles que me cedió temporalmente, hacia 1968, mi querida prima Paqui González. Es una carta que, por amistad, le envió a ella un antiguo alcalde ilustrado del pueblo. La copia que tengo es una transcripción que yo mismo hice a mano, en unas cuartillas que ya amarillean y que titulé "Pistas". El escrito original no tiene un sólo punto y aparte, la división en párrafos es cosa mía, así como la titulación de los mismos. El ritmo narrativo, para tratarse de un relato sobre sucesos acaecidos 2000 años atrás y de los que apenas tenemos noticia, resulta difícilmente superable. Véase un ejemplo:

"Declinaba el sol cuando los lábaros de la legión Flamínea, tremolando al viento, hicieron su entrada triunfal en el poblado..."

Lástima que tan extraordinario relato liquide la época más reciente de manera expeditiva: "el resto, de tan contemporáneo, debes conocerlo". Cualquier cosa daría yo porque el narrador presumiera mi ignorancia.

Los protagonistas

Me parece que Josefo, historiador de las campañas de Roma, siguió a la legión Flamínea durante la conquista del sureste español, haciendo la crónica de sus batallas y actuaciones. El nombre de este ejército le fue dado por estar bajo el mando del cónsul Flamíneo.

Es bien conocido el hecho de que las invasiones en aquellos tiempos seguían el curso de los ríos porque las escasas tierras cultivadas se encontraban en sus márgenes y, lógicamente, lo que hubiese de comida, pienso y agua para hombres y animales.

Ascendía valle arriba del río Mundo la citada legión, sosteniendo breves escaramuzas con las escasas guerrillas que los hostilizaban y que, bien podemos imaginar, vendrían a ser para aquel bien entrenado y organizado ejército, como la picadura de un tábano a un caballo. Así las cosas, en el poblado que entonces sería Liétor y cuyo nombre se ignora, gobernaba un régulo (o reyezuelo) llamado Corribilón, quién avisado de la presencia de los invasores, reunió su escasa hueste, cuyo núcleo fuerte lo constituían los duros honderos y bajó a situarse sobre el desfiladero de Los Majales (ahora circundado por la cola del pantano), lugar desde el que podrían detener a los romanos sólo a pedradas y que, por estar poblado en sus alturas de espeso pinar, les ofrecía el poder disimular su presencia y evitar la maniobra de la caballería enemiga.

La batalla

Pero el general romano, o fue avisado por sus exploradores o intuyó el peligro del desfiladero, el caso es que, virando a la izquierda del cauce para evitarlo, enfiló monte arriba hacia la falda de El Porrón (vértice geodésico que se encuentra en la finca de Los Frías) y allí acampó, dominando la única y no muy extensa llanura despejada que por aquellos parajes existe. Sin duda maniobró para atraer al régulo a la llanura y al día siguiente, apenas apuntando el sol trabaron fiero combate durante el que la estrategia y aplastante fuerza numérica destrozaron a aquel puñado de hombres que con un coraje y heroismo sin límites, tuvieron el valor de enfrentarse a una de las legiones del entonces mejor ejército del mundo. Aquel lugar fue llamado, y así continúa, La Matanza (es término municipal de Liétor y su otro valor histórico radica en que allí estuvo el primer cuartel de la Guardia Civil de la zona, poco después de la fundación del cuerpo) sin duda para perpetuar con ese nombre trágico, el recuerdo de aquellos valientes.

Reminiscencias

Declinaba el sol cuando los lábaros de la legión Flamínea, tremolando al viento, hicieron su entrada triunfal en el poblado, que Josefo cita como Letabrum. Parece que era un día de otoño del año 168 a. d. Cristo. De aquella época hay escasos testimonios materiales, pero yo he visto desde el mismo cauce del río, y allí están, que el estribo izquierdo del puente de abajo, está fundado sobre unos sillares cuya curvatura denuncia su factura romana. Así se lo hice constar al ayudante de las obras del Canal que estaba conmigo, quién, como más experto, convino en que podrían ser. Ciertos otros vestigios a lo largo del camino de la vega, precisamente el que conduce a La Matanza, hacen pensar en que fue calzada romana. Luego en Las Humbrías de Híjar hay unas excavaciones o bocaminas de donde ellos extrajeron mineral de hierro. Se sabe porque, hace algunos años, alguien fue aregistrar el yacimiento al distrito minero de Murcia, por si podía revestir algún interés su explotación y le dijeron que estaba registrado con el nombre de “Ferrerías” y provenía su descubrimiento de la dominación romana. Ya sabes que casi todo lo que hay de minería en España lo descubrieron ellos, por lo que no es extraño.

El Hoyo del Moro

Luego de seis siglos de dominio, vinieron los ocho de los árabes, que dejaron a Liétor su huerta y su sistema de distribución de agua para el riego, tan perfecto, que todavía se conserva. Ya sabes aquello que se dice de “pago del lunes”, “pago del martes”, etc y cada tierra se riega en el día que le toca. De éstos ya hay más señales. Por ejemplo, la zona donde Diego Lloret tiene su casa se ha llamado siempre “Hoyo del Moro” y cuando éste sacaba cimientos para una obra, hayaron un enterramiento árabe, conocido porque los enterraban siempre en dirección este-oeste, es decir mirando al sol saliente. También en Híjar hay ruinas de un castillo, o torreón más bien, y a mí me mostraron, en una visita que hice, unas tumbas de las que habían sacado monedas de cobre que sus niños habían ya perdido jugando. Lo que hace la ignorancia.

En la Reconquista, Liétor perteneció al Señorío del Marqués de Villena y su escudo campea en uno de los laterales del retablo de La Capilla del Espino. Parece que fue después algo así como lugar de veraneo de algunos señores feudales y los escudos nobiliarios de algunas fachadas están esperando que alguien entendido en heráldica nos diga a quiénes pertenecieron.

El yugo religioso-militar

También sabes que existe la calle de la Encomienda; su nombre proviene de los caballeros de Santiago, razón sin duda por la que la villa tiene el patronazgo del Santo Apóstol, bajo cuya advocación está la parroquia. En esa calle, si te fijas, en la casa de “Los Calaos”, parte que da al Corralón, verás unos arcos cegados que indican que allí estuvo la capilla de la orden de Santiago y en el casino que fue de Mario, parte de abajo, yo recuerdo unas grandes cuadras que tenían para albergar la caballería. Parece que todo el edificio pertenecía a la orden y asimismo la huerta de igual nombre donde está la casa del médico. La cabeza de mando o capitanía de esta orden radicaba en Socovos.

Volvamos a la Iglesia. Si te fijas, la torre o campanario es de otro estilo más antiguo y parece que es lo único que conservaron del antiguo templo (¿o castillo?) sobre el que posteriormente fue edificada sin que se sepa exactamente la fecha. No sería muy difícil averiguarlo, sabiendo que el órgano, juego de casullas y algunos ornamentos fueron donados por Don Juan de Austria. El fresco que decora la capilla del Altar Mayor, que está hecho con esa maravillosa técnica que le hace parecer relieve, fue pintado por un pintor italiano del que sólo conocemos que se llamaba Pietro (sic), pero esto para un experto también sería de fácil identificación. Tengo entendido que es copia de una capilla de Santa María La Mayor de Roma. En el ayuntamiento existe un pergamino en el que la reina Doña Juana La Loca concede ciertos privilegios a la villa y otro parecido por el que el rey Don Felipe II concede otros para premiar las aportaciones que Liétor hizo destinadas a las campañas de italia, firmados por los mismos y con los sellos reales en sero y lacre.

De por aquella época tiene concedido el título de “Muy noble, leal y fidelísima villa”.

Las manos muertas

Luego, alrededor de 1720, la comunidad carmelitana edificó su convento y fundó una especie de Universidad Comarcal que impartió Humanidades, implantó el patronazgo de nuestra venerada Madre del Carmen y permaneció hasta 1870 en que las órdenes religiosas fueron deshauciadas y expoliadas por órdenes gubernativas. Procedente de esta comunidad se conserva un relicario con carne incorrupta de San Juan de la Cruz.

Fue un pueblo rico y casi todo el término municipal pertenecía al ayuntamiento, pero desgraciadas disposiciones en unos casos y en otros la rapacidad desmedida de los caciques imperantes que pudieron aprovecharse, hicieron pasar sus bienes a manos particulares. El resto, de tan contemporáneo debes conocerlo.