Estudios/Historias

No todo lo que nos ocurre, lo que llega a tus manos, a tus ojos o a tu mente, encaja sin constricción en el esquema predefinido. 

Siguen las palabras dirigidas al claustro del Instituto Isaac Albéniz, de Badalona el 27-06-2014, en mi despedida  del centro, con motivo de mi jubilación. 

Lo escribí con determinación obsesiva e insomne en una noche amarga. Así han sido todas las noches que me ha tocado velar en el Tanatorio de Elda. Allá no cierran a las nueve, como suele ocurrir en otros sitios. Los familiares permanecen junto al cadáver hasta el amanecer. Es lo que siempre se había hecho en sus pueblos de origen: un gesto definitivo de nuestro sentimiento y de la voluntad, ya vencida, de permanecer a su lado para siempre.

Subcategorías

"Sin recursos económicos para estudiar, en la España de posguerra no hay otra opción que el seminario. En los años cuarenta, en los cincuenta y hasta buena parte de los sesenta la Iglesia católica formará centenares de sacerdotes y frailes, o de aprendices de sacerdotes y frailes, que en algunos casos constituirá su única formación y en otros servirá de trampolín para hacer carrera, buscarse una profesión o convertirse en profesor, lo que de todos modos venía a ser lo mismo. El volumen sociológico de los seminarios religiosos en el conjunto de la enseñanza española, hasta bien entrados los setenta y la democracia, está sin estudiar pero cabe intuir que debe de ser altísimo" (Gregorio Morán: El cura y los mandarines").

Yo mismo fui uno de esos que formó parte —en los 60, con no pocos y recordados condiscípulos— del "volumen sociológico de los seminarios religiosos". Hace unos meses mi amigo Adolfo Díaz Martínez-Falero tuvo la buena idea de crear un grupo restringido en FB que nos sirviera de reencuentro, expiación y reflexión catártica a quienes habíamos compartido preadolescencia en el Seminario Menor de Hellín. Transcribiré aquí algunas de mis aportaciones al grupo, aquellas que considero de interés más general desde una perspectiva educacional.