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Categoría: Analógico

 

La Selectividad no se había inventado, todavía. La vida es cada instante; el mundo, los compañeros, lo que uno ve y lo que cree que ven los demás. Pero hay que ensayar, reintentarlo incansablemente.

Wlevitico-01-xnvActuación de El Levítico en el Salón de Actos.

Ha sido el cumpleaños de Torras y todos le hemos felicitado y deseado que cumpla muchos más. La primera parte del día se me fue leyendo hasta media mañana. Entonces marché al paseo para refrescar las ideas. Y lo conseguí porque el frío me calaba hasta los huesos. Frente a los árboles alineados, he estado pensando, pero sin demasiado orden. Creo que he llegado a pensar que la verdadera moral es cosa de cada instante, como el que va saltando vallas. Luego, cuando me encuentro con los demás, cuando hablo con ellos, me vienen las dudas de si lo que he hecho era o no lo más acertado.

He estado mirando libros en Biblos. Llevaba la intención comprar "Técnica del Teatro", pero luego me he traido también "Alicia en el país de las maravillas". Lo cita mucho el profesor de literatura y creo que me gustará. He visto muchos otros que me gustaría tener, pero resultan inaccesibles por el precio. Sobre todo uno de Luther King que valía 100 ptas, porque su pensamiento y su método están bastante acordes con el de Gandhi y me gustaría conocer las andanzas de aquel apóstol. Al fin, después de haber tenido un montón en las manos, lo he pensado mejor y sólo me traje dos.


No ha habido examen de Francés. Es decir, estaba programado para las cuatro de la tarde y lo han puesto esta mañana a las diez. Naturalmente, no me he presentado. De todas formas, no necesitaba examinarme: sólo lo han hecho los suspensos.


Después de comer nos hallábamos eufóricos. Tavero S.L ha pasado la mañana en el parque rondando una bombona de vino y venían contentos. En lo más movido de nuestra sobremesa -en el pasillo y de pié, claro- se ha personado Miguel. Bueno, aquello ha sido el colmo del agasajo y la zalamería. Innecesario decir que durante el resto de la tarde ha sido la figura central. Cuando nos encontrábamos en la habitación 18, escuchando a Miguel y preparando la fiesta de las seis, Tavero ha interrumpido para hacer solemne entrega a Torras de su regalo de cumpleaños: un soberbio mechero de segunda mano, plateado en oro y que además enciende. El obsequiado ha respondido con un "gracias" que no lo oía ni el cuello de su camisa y se ha puesto como una teja. Yo apenas he mirado de pura vergüenza y el mismo sentimiento creo que ha embargado a todos los presentes porque, al comenzar Tavero a aplaudir su propia gracia, casi se queda solo. Claro que Peñarrubia ha reclamado, justamente, el suyo, para el mes próximo, porque se verá en parecidas circunstancias. Y nuestro anfitrión, generoso, le ha contestado: "¡No te preocupes, que también lo tendrás!"


Me he ofrecido para ayudar a Bermejo con su trabajo de Filosofía. Sólo le queda eso y debe de estar cansado a causa de la racha de exámenes que lleva. Yo me ocuparé de Unamuno y él de Ortega.


A la fiesta asistió don Prudencio, que venía de Hellín y también los de magisterio. Al principio hemos jugado a la rana y yo he conseguido colar cuatro discos. Luego, la conversación ha discurrido por senderos más espinosos: nuestra formación. Don Melquíades:


- Debe ser genial ser sacerdote en el futuro.


No sé yo lo que significa para él la palabra "genial".


Don Prudencio arriesga mucho al hablar. Aborda temas sobre los que no tiene mucha experiencia ni competencia, sólo porque maneja unas ideas avanzadas y bonitas sobre eso. Nos defiende y aboga por nuestra libertad a ultranza. Pero eso no es justo ni suficiente. Lo que admiro es su espontaneidad y la confianza que despierta e irradia. Su humor es un poco negro.

Esta noche seguiré ayudando a Bermejo, creo que hasta que terminemos.


"Para hombres y mujeres hambrientos, la libertad y Dios son letra muerta, no tienen el menor significado" (Gandhi, pág. 230).