Paris despliega su inmenso esplendor ante los ojos asombrados de un estudiante de pueblo. Las descoloridas ilustraciones de los libros de texto que había estudiado en Bachillerato, cobran volumen, las puede tocar. La Victoria de Samotracia, una puerta de escape a la monotonía y tedio de sus tardes de instituto, la tiene ahí mismo, al alcance de sus ojos.

Amigo,paris72 back 01Deambulando por París

probablemente te extrañes de las primeras letras que introducen mi carta: PARIS. ¡Estamos en París!. Cuando te escribo ya nos hemos recorrido buen número de monumentos y lugares: L’Etoile, Le Louvre, Les Champs Elysées, La Tour Eiffel, Le Trocadero, Le Quartier Latin... Casi todo a pié. Como inciso puedo explicarte que ayer me encontré muy mal. Me dolía la cabeza durante la visita al museo y resistí hasta las cuatro de la tarde. Finalmente hube de capitular y volver a casa.Nos hemos instalado en el Nº 29 de la rue Lourmel, distrito 15 de Paris y ya nos movemos aceptablemente con el metro y por la ciudad. Me han asignado la habitación 26 del segundo piso de la residencia. Cuando entré me encontraba eufórico, todo me parecia maravilloso: el armario pequeñito, el lavabo, la cama, todo era hermoso por el sólo hecho de que estábamos en París. Unas cuantas postales de paisajes nevados cuelgan de la pared izquierda y cuando marche de aquí, vendrán conmigo.

Comienzo mi diario de vacaciones. A mi tía le dije que tenía mucho que hacer durante este mes. Ha llegado la hora. Cuando vuelva a Valencia, tendría que ser otra persona, más pensante. Ser capaz de desmenuzar la realidad, destilarla. ¿Cuál es mi papel? ¿Podré actuar de la manera conveniente? ¿Me sabré desenvolver entre los demás?