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Categoría: Discapacidades

Intervengo en este acto en mi condición de patrón de la Fundació Badalona Capaç y en representación de la misma. Como sin duda ya saben la Fundació se ocupa de facilitar la calidad de vida y la inclusión social y laboral de las personas discapacitadas de nuestra ciudad. Con este propósito presta servicio a más de 400 personas, a través de los centros de COINTEGRA y de CALTOR.

 

Buenas tardes a todos y gracias por asistir a la puesta de largo de nuestra cerveza artesana SIKARU.

Intervengo en este acto en mi condición de patrón de la Fundació Badalona Capaç y en representación de la misma. Como sin duda ya saben la Fundació se ocupa de facilitar la calidad de vida y la inclusión social y laboral de las personas discapacitadas de nuestra ciudad. Con este propósito presta servicio a más de 400 personas, a través de los centros de COINTEGRA y de CALTOR.

sikaruEl proyecto que hoy les presentamos, el de la elaboración de la cerveza artesana SIKARU, ha podido desarrollarse gracias a la iniciativa del centro COINTEGRA y a la colaboración esforzada y generosa de Ca l'Arenys y de la Cooperativa Agropecuaria del Moianès.

Para situar convenientemente nuestra propuesta ha de tenerse en cuenta que COINTEGRA atiende  a personas que no tendrían encaje en un entorno productivo convencional. A partir de ahora y gracias a la elaboración de la cerveza artesana SIKARU, alrededor de 25 de esas personas estarán ocupadas en tareas de serigrafía, etiquetado, distribución y también de elaboración de productos complementarios de merchandising. Un auténtico sueño para ellos y para el propio centro de COINTEGRA.

Como veréis enseguida, SIKARU es el nombre de una bebida similar en la antigua Mesopotamia y el de las tres modalidades de cerveza (LARAK, URUK y GIRSU), corresponde a otras tantas ciudades de aquella extraordinaria cultura. A raiz de ese origen, me gustaría invitaros, a una breve reflexión. De vuestra época colegial sin duda recordaréis el Código de Hammurabi. Era un primer articulado de finalidad jurídica, inscrito en piedra y que había de quedar a la vista en cada una de las plazas públicas de las ciudades de aquellos reinos. El ciudadano podía así anticipar las consecuencias de sus decisiones y de sus actos. Era un sistema primario, inspirado en lo que después se llamó la ley del Talión, aquello del "ojo por ojo y diente por diente". Una rudimentaria manifestación de filosofía moral.

Han pasado 4,500 años desde aquel tiempo y, aunque seguimos degustando una cerveza que comparte componentes y probablemente algunos aspectos del proceso de elaboración,

me gustaría creer que hemos progresado en nuestros principios morales, que hemos pasado de la vieja "ética de la justicia" a la nueva "ética de la asistencia".

Que a la hora de decidir lo que nos conviene hacer no cuenta sólo, ni principalmente, la sanción que tememos o la norma establecida, sino la consideración de lo que los más débiles necesitan, el apego que sentimos hacia ellos y la responsabilidad que implica quererlos tanto. Si fuera como digo, significaría que hemos transitado, en el túnel del tiempo, desde la época mesopotámica al futuro más civilizado, sin dejar de beber cerveza.

Por eso, dentro de unos momentos, cuando te apliques a degustar nuestras cervezas SIKARU, cuando percibas la frescura intensa y sutil de cada sorbo, no dejes que el deleite de sus tonos aromáticos te narcotice y te confunda. Mantén despierta tu conciencia y alégrate de estar aquí y de contribuir a la dignidad, al cuidado y a la integración de quienes te necesitan. Esa emoción es un ingrediente exclusivo de SIKARU. Pero es que además, todo ello, el sabor intenso, el aroma sutil y el sentimiento de plenitud por haberles ayudado, TODO, lo incluimos en el mismo precio.