El texto que sigue corresponde a una intervención ante el Pleno del ayuntamiento de Badalona, el pasado día 27 de abril de 2015. Lo leí en representación de la Fundació Badalona Capaç. El dictamen, que corrige un error material en el trazado de la TUC y que permitirá la permuta del edificio actual del centro ocupacional por la construcción y equipamiento de uno nuevo, quedó finalmente aprobado, de forma inicial, por 18 votos a favor (PP, CIU, IC-V) y 9 abstenciones (PSC). El texto tiene como objetivo hacer reflexionar sobre la condición de las personas que utilizan los servicios del centro ocupacional y reprochar la tardanza, ambigüedades y pretextos para acometer una solución efectiva. También combatir una idea falaz y oportunista que se ha propagado, de manera intencionada y con sorprendente virulencia entre algún sector del pequeño comercio local: la que atribuye a esta operación el origen de su futura decadencia. Finalmente se hace un llamamiento al compromiso y la solidaridad. Cabe destacar que la respuesta del ciudadano ha sido ejemplar: en menos de dos semanas hemos conseguido más de 7.000 firmas de apoyo.

 
 
Me dirijo a ustedes en nombre de las personas discapacitadas que en estos momentos son atendidas en el antiguo centro de investigación de la fábrica Cros. Son más de 240 personas que cuentan con facultades estimables, si sabemos mirar. Pero entre esas facultades no hallarán ustedes aquéllas  que nos permiten exigir derechos elementales, argumentar con eficacia o desenmascarar argucias, pretextos e insidias. Son personas  que necesitan a diario servicios de terapia ocupacional, de logopedia, de fisioterapia, de integración socio-laboral. Por eso son tan vulnerables. Dependientes, porque su vida, su bienestar y su progreso quedan especialmente condicionados por la generosidad y la voluntad de todos nosotros. Hablo en nombre de ellos y de los que sin duda llegarán en los años venideros. Que podríamos ser ustedes o yo, o alguien próximo. Porque todos sabemos que la lotería genética y el devenir son azares caprichosos e imprevisibles. Les pido que visualicen con intensidad, por unos segundos, esta terrible fragilidad: la de ellos y la nuestra. 
 
Y al llegar a este punto, ¿no les parece sorprendente que hayamos alcanzado el segundo decenio del siglo XXI, atendiéndoles en un edificio con casi cien años de antigüedad, inadecuado para sus fines, con espacio insuficiente, inseguro, inclemente y mal equipado? En el 2010 y 2011, el anterior consistorio elaboró y aparcó, sucesivamente, sendos proyectos que también incluían la construcción del mismo supermercado, en el mismo lugar. Fue después, cuando se nos ofreció la posibilidad de ubicar en el Turó de l'Enric el centro de Cointegra. Siempre se nos ha contra-argumentado la escasez de recursos públicos para atender debidamente esa inversión. Pero la alternativa que ahora proponemos y que hemos estado documentando durante los últimos 3 años no solo no implica ni un solo euro de gasto público, sino que extiende la superficie construida hasta los 3.900 metros cuadrados, duplica el patrimonio y además retornará la propiedad al municipio en un período preestablecido. Creo que cualquier observador imparcial, aún desde una consideración meramente mercantilista, concluiría que se trata de un buen negocio para la ciudad.
 
Hace casi un año y medio (diciembre de 2013) que presentamos la documentación en el registro del ayuntamiento. Desde entonces nos hemos ido reuniendo con los diversos grupos políticos para hacerles partícipes del proyecto, satisfacer cualquier duda y recabar su aprobación. Yo mismo he estado presente en seis de esas sesiones. En todas ellas se ha reconocido la necesidad e interés de la propuesta. También hemos puesto a su alcance toda la documentación, para que quedara patente la transparencia del proceso y de los objetivos y atender así cualquier objeción u observación que pudieran surgir. Ni la más mínima insinuación, hasta el momento. Tampoco ninguna alternativa consistente. Los problemas se han presentado a la hora de definir el voto, al parecer porque, a la construcción de COINTEGRA, va asociada la puesta en servicio de un supermercado en breve plazo y de otro posible transcurridos dos o tres años. Y los grupos políticos están, lógicamente, interesados en evitar cualquier perjuicio al pequeño comercio de la ciudad. Paso por alto el hecho de que hace poco más de un mes este Pleno dio su aprobación a otro supermercado del mismo titular,  sin contrapartida social alguna y de cuya aprobación se beneficiaba una entidad deportiva. Pero esa no es la cuestión, sería sólo una contradicción, una estridencia, susceptible todavía de enmienda y sobre la que la ciudadanía pediría, si llega el caso, las cuentas que correspondan.
 
La cuestión que quiero plantear es otra y es doble, porque no somos ajenos a los problemas de nuestros vecinos: ¿Sabe alguno de los presentes por dónde discurrirá la evolución del pequeño comercio en el futuro inmediato? ¿Se podrá evitar la tendencia actual con el bloqueo de iniciativas como la que nosotros estamos proponiendo? Yo no soy adivino, pero conozco la Historia por razones académicas y también profesionales y todos sabemos que los procesos económicos y sociales tienen un recorrido largo y raíces profundas. En una economía crecientemente globalizada, como la nuestra, el devenir histórico de los diversos sectores no es un arroyuelo que se pueda encauzar con decisiones localistas, ni siquiera está claro que resulte deseable. Sin duda habrá soluciones diversas, acomodaciones, acuerdos y alternativas que ni siquiera podemos hoy vislumbrar. Así ha sido siempre y tenemos más de 2500 años de experiencia a nuestras espaldas y miles de procesos ejemplificadores. Y aún en el caso de que, vistiéndose la coraza de la insensibilidad social, pudieran detener la construcción de este supermercado, no pararán la de otros muchos futuros, como no ha sido posible detener la construcción de los 5 recientes ni de paralizar otras tendencias a la concentracion comercial en diversos sectores de nuestro mercado. Lo que sí puedo augurarles es que, al oponerse a su construcción, bloquearían de manera irreversible el nuevo centro de COINTEGRA, negando así una salida digna durante muchos años, a los problemas que presenta la atención a la discapacidad en nuestra ciudad. Será difícil, dada la coyuntura, encontrar una ocasión similar en un plazo razonable de tiempo. En tal caso habrían conseguido un efecto extraño: satisfacer de manera vana y fugaz a un sector económico en inexorable proceso de cambio, a costa de perpetuar la desgracia de un colectivo social mucho más débil. Nuestra propuesta es diferente: Trabajen intensamente para ayudar al comercio de proximidad a evolucionar, a especializarse, a encontrar su espacio en un mundo que ha hecho del cambio acelerado su premisa principal. Tienen 4 años por delante, no se duerman, porque ya saben que la mejor manera de anticiparse al futuro es inventarlo (Alan Kay).
Ante una decisión conflictiva, como la que nos ocupa, resulta especialmente tentadora la pretensión de la equidistancia, el eclecticismo y la abstención. Pero ellos, nuestros discapacitados, no se lo merecen. Decía Luther King, sufrido y discriminado hasta la muerte, que “nuestra civilización nunca lamentará tanto la acción de los malvados como el silencio de la buena gente”. El mundo está plagado de buena gente que mira hacia otro lado cuando el compromiso llama a su puerta. Reiteramos nuestro deseo de que la votación sea unánime en este asunto, que se considere un objetivo de ciudad, sin particularismos. Sería el mejor broche al período que se cierra. Ellos se lo agradecerán. ¿Y saben ustedes cómo? Administrando con generosidad el único privilegio que tienen: el de garantizarnos a todos el derecho a dormir a pierna suelta.
 
Gracias por su atención.