Diario

No siempre es posible o conveniente escribir, menos aún hacerlo sin propósito o destinatario definidos. Pero, dado que no podemos dejar de pensar, escribir nos permite a veces ordenar el caos de ideas y sentimientos y constituye una ejercitación saludable. 

Se me antoja la blogsfera una playa nudista. Nunca he sentido la vocación de profesar (en el nudismo, me refiero), pero alguna noticia tengo por las fotos que se publican y también por la visión ocasional, recóndita, fugaz y distante que me ha deparado algún trayecto en tren. Me barrunto que el nudista se halla en la antítesis del exhibicionismo ("se parecen tus senos a los caracoles blancos").

Lúcida Elvira Lindo en El Pais de hoy. Comienza hablando de las enormes posibilidades de Internet, denuncia su condición de vertedero generalizado y termina por anunciar el apartamiento progresivo de las personas sensatas, porque la carnaza sólo sirve de alimento a los carroñeros.

Revisando algunos de los escritos anteriores de Arcadi Espada encuentro esta cita clarificadora de Hanna Arendt (las negritas son mías): “Sin embargo, el aspecto probablemente más destacado, y también más terrible, de la huida de los alemanes ante la realidad sea la actitud de tratar los hechos como si fueran meras opiniones.

Estas son las palabras que dirige un profesor de lengua en el acto de despedida de sus alumnos de bachillerato.