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Categoría: Diario

Una profesora de inglés disecciona y critica de manera demoledora el programa de Escuela Bilingüe de la CAM.

La autora debe de tener buenas razones para refugiarse en el anonimato. No es lo que escribe una colección de invectivas al uso. Lo basa en conocimiento y experiencia bien patentes. Las limitaciones del profesorado, la falta de recursos para una formación efectiva, los problemas de competencia oral, las triquiñuelas para presentar como éxito lo que palmariamente significa un fracaso (resultados de las pruebas del Trinity College), las dificultades prácticas (a veces insuperables) que implica el dominio oral de una lengua no fonética, los déficits académicos acumulados para afrontar con éxito la selectividad ... La autora concluye, de manera expresa, que el programa es una estafa, porque ofrece servicios que no está en condiciones de cumplir y a los que dedica desproporcionados recursos económicos, que se habría de denominar inglés reforzado y no educación bilingüe, que el aprendizaje de una lengua es un vehículo de conocimiento y no debe de considerarse un objetivo en sí mismo. Algunas ideas desgranadas:

- Se da una dificultad intrínseca para conseguir la competencia en inglés del hablante hispano. La inmersión necesaria es cara y prolongada y los resultados inciertos. Los cursos de formación que a tal fin se destinan son insuficientes.

- Para valorar tales dificultades es necesario considerar que incluso un título de traducción o de filología puede no garantizar en absoluto la competencia lingüística oral y activa del titulado.

- El aprendizaje del inglés escrito no ayuda para la adquisición de competencia oral durante el período infantil porque no se trata de una lengua fonética y porque la capacidad innata del aprendizaje de la lengua en el niño se focaliza en el ámbito del habla. La insistencia en el inglés escrito es inútil y contraproducente (origina confusión).

- A partir de 4ºes imprescindible comunicarse bien para facilitar el aprendizaje de los objetivos cognitivos propios de las materias que se imparten. Como el nivel lingüístico no lo permite se bajan los contenidos, se limitan las estrategias y se tensiona la sesión didáctica.

En fin, que la educación la han de hacer los educadores. Me parece.